Laura, fuera de juego
Juana se proclama oficialmente la dueña de Químicas Blasco. “A
partir de ahora, todo tiene que pasar por mi supervisión”, informa a una
abatida Laura, que aún no ha superado la muerte de su padre.
Julián aprovecha para adelantar la boda
Cuando Julián se entera, propone a su prometida acelerar sus
planes: “Tranquila, la semana que viene celebramos la boda y la empresa
volverá a tus manos”.
Una verdad incómoda
Entre tanto, Aquilino intenta encajar como puede que es el padre
de Ismael aunque, de momento, prefiere ocultárselo al joven actor.
Una noche de pasión
Recién llegado de Italia este solo tiene ojos para Cristina, que
lo invita a pasar
la noche en su habitación y acaban haciendo el amor.
¡Descubierta!
Después de una primera noche, Cristina no va a perder la
oportunidad de seguir su relación con Ismael y llama obsesivamente a su
casa. Recelosa, su madre lo alerta del doble juego que lleva la
valenciana: “Antes de que sigas viéndola, tengo algo que enseñarte…”.
Entonces, pide a Aquilino que traiga el informe de la investigación
que encargaron a Bonilla, donde queda en evidencia que la chica estuvo
en la cárcel acusada de prostitución y robo.
La obsesión del Bonilla
El detective sigue obsesionado con que alguien le persigue y
protagoniza un incidente en la plaza, que puede costarle caro. Bonilla
confunde a un policía encubierto con un terrorista del CIL y lo amenaza
con una pistola. “¡Un paso más y te mato!”, grita ante el asombro de los
viandantes.
Una nueva oportunidad
Por su parte, la locuaz y decidida Maruxa se entera de la mala
situación económica de Marcelino y se ofrece a ponerle en contacto con
unos empresarios catalanes distribuidores de embutidos.
¿Solo o acompañado?
Agradecido, el tabernero acude a La Estrella para hacer negocios.
Sin embargo, al amanecer, se despierta solo en una cama y con una
enorme resaca. “¿Qué hago aquí?”, se pregunta, pensando si ha pasado la
noche solo o acompañado…
La sorpresa de Fortunato
Sin atreverse a salir de la habitación, es Fortunato quién
sorprende a Marcelino en la habitación de la recién llegada. "Perdón,
pensé que no había nadie", se disculpa.
Benigna malmete contra Marce
Manolita nota distante a Marcelino y, para su sorpresa, encuentra
la explicación de su comportamiento en Benigna: “Sé que estoy mejor
calladita, pero es superior a mis fuerzas. Tu marido pasó la noche muy
bien acompañado en mi pensión…”.
La decepción de Manolita
Acorralado, Marce confiesa que no recuerda absolutamente nada de
lo que ocurrió con Maruxa: “Es lo último que me esperaba de ti. Vete de
casa”, dice una abatida Manolita. Luego, le cuenta lo sucedido a Dorita.
Jorge, la baza de Juana
Laura informa a su madre de sus intenciones de adelantar la boda.
“Estoy muy enamorada. ¿Para qué voy esperar?”, disimula. Como sabe que
el enlace significaría perder sus poderes en la empresa, Juana actúa y
llama a Jorge: “A mi hija le gustas mucho. En tus manos está evitar que
cometa una locura casándose con el hombre equivocado".
Malas noticias en el Café
Encarna tiene todo preparado para la reapertura del Café Reyes,
hasta que Víctor llega con malas noticias. “Acaba de llamarme el censor.
Exige más dinero a cambio de retirar la denuncia. Es una cantidad
demasiado elevada”, cuenta desesperado.
Jorge se niega a colaborar
incomoda la situación y se niega a colaborar: “Lo siento. Está
usted confundida. Ella me rechazó y además siempre está hablándome de
Julián”.
La decepción de Fortunato
Hace años que Fortunato no ha tenido una cita, pero su amor por
Encarna le lleva a invitarla al cine. “Lo siento, mi trabajo
es muy
exigente y nunca salgo.
Voy de casa al café”, pone ella como excusa,
dejando mal al tímido Castro .
Benigna regaña a su hermano
Ya en el hostal, su hermana hace todo lo posible para que se
olvide de la gerente del café. “Se ha reído de ti. ¿No te has dado
cuenta de que se ha burlado de tus dificultades para leer y escribir? Es
una prepotente”, explica a Fortunato.
Una pareja ¿de tres?
Es el aniversario de boda de Paco y Consuelo, y esta espera un
regalo que nunca llega. Por si fuera poco, la asistenta se entera de que
está pintando un retrato de Serafina. “¿Qué te pasa? Es la primera vez
que te olvidas de una fecha tan importante”, se lamenta.
Lucía gana la batalla
También entre las paredes de esa casa, Américo acaba sucumbiendo a
los encantos de Lucía y la besa. “Sabía que esto acabaría ocurriendo”,
dice ella.
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