Augusto monta en cólera cuando se entera de que Diego ha rechazado su
negocio. “¡Qué cretino! Tendremos que buscar otra forma de hacernos con
su fortuna”, plantea a Elena, también muy molesta con la decisión de su
‘sobrino’.
Aunque intenta que no le afecte, Rubén se obsesiona con la cercanía de
Diego y Valeria cada vez que se ven. Además, Elena aprovecha para
malmeter: "Está claro que no se han olvidado", explica a su sobrino.
Después de semanas ensayando, Rubén no se presenta en el concierto. “Ha
tenido que pasar algo grave –insiste Valeria–. Era una gran oportunidad”
Cuando llega, tiene una nueva pelea con Diego. Los hermanos se culpan mutuamente de problemas pasados.
Por el barrio empieza a circular el rumor de que el pianista ha muerto. Nadie puede confirmarlo, pero Rubén ha desaparecido.
Tanto su bella mujer como Diego se sienten inmediatamente culpables.
“¡Qué horror! ¿Se habrá quitado la vida porque no soportaba vernos
juntos?”, llegan incluso a plantarse.
Valeria queda destrozada con la noticia, cada vez más clara, de que su
esposo ha muerto. "¡No puede ser!", cae al suelo, delante de Augusto y
Diego.
Además, de don Patricio, cada vez más integrado en el barrio y en El
Asturiano, se instalan en el barrio Pruden y Maite. Madre e hija pasan
por un momento de incertidumbre económica, ya que la primera ha perdido
su trabajo en el Ateneo. Además, la relación entre ellas es pésima desde
que el patriarca falleciera años atrás.
Marina cuenta a Manolita el problema que ha tenido con Román, un
futbolista que quería hacerse unas fotos en su local. De malos modos,
tuvo que echarlo.
Los detectives engañan a Beatriz y dan el cambiazo de las monedas, que
entregan a Patrimonio Nacional. Sin embargo, la satisfacción por el
trabajo bien hecho dura muy poco, ya que esa misma noche unos matones
dejan inconsciente a Héctor.
El doctor llama a Asun para darle una mala noticia: “Su marido puede
haber sufrido daños cerebrales. Hay que hacerle una prueba muy
complicada y necesitamos su autorización”. Manolita se vuelca con su
sobrina, que está muy sola desde que Felisa y Pedrito se fueron a Suiza.
Pedrito está hundido, pues finalmente Dorita no se marchará con él a
Suiza. “Mi abuela está enferma
y debo cuidarla hasta el final”. En su
emotiva despedida, prometen reencontrarse en cuanto puedan.
Por su parte, Valeria se siente culpable de lo sucedido y se refugia en
su casa. Allí recibe la visita de Augusto: “Te aconsejo que las peleas
con tu marido se queden entre estas cuatro paredes, la gente es muy mal
pensada y habla mucho”. Al ver el interés de su examante por silenciar
el tema, Elena sospecha que quizás haya tenido algo que ver con el
extraño suceso.
Los vecinos, impactados, siguen la desaparición del pianista con un
malicioso comentario: “Se notaba que era un hombre atormentado y con
muchos conflictos internos”.
Diego trata de impedir que Augusto siga inmiscuyéndose en todo lo
relativo a su hermano, y se lo dice. Entre ellos, existe cada día una
grieta más grande.
También Diego está en shock y desconfía de la versión oficial del
caso.“Desde niño ha sido muy cobarde y me resulta increíble que se haya
quitado la vida”, explica a Valeria. “Siento contradecirte. Pero ya lo
intentó una vez”, contesta ella.
Elena y Augusto comentan la desesperación de Diego y Valeria: “Pronto ella hará lo que digamos sin rechistar. Están fatal…”
Augusto consigue firmar un preacuerdo con Sabino para quedarse con La
Puntual. El malvado fascista cada vez ve más cerca su objetivo de
hacerse rico, a consta de los demás.
Finalmente, Leonor se arma de valor y pide trabajo en la academia de
estudios. Su director, don Aniceto, le ofrece empezar repartiendo
publicidad. “Te ha dado esto porque no te quiere de profesora”, asegura
Dorita. Indignada, la adolescente vuelve para quejarse, pero no lo hace,
pues se queda prendada del profesor que abre la puerta: “Hola, me llamo
Samuel y soy el profesor de Ciencias, ¿puedo ayudarte?”.
Para alivio de Asun y Bonilla, el doctor confirma que Héctor no ha
sufrido daños neurológicos, pero desconoce cuándo despertará: “El cuerpo
humano sigue siendo un misterio: podría ser mañana o dentro de tres
meses”.
Muy afectado, Bonilla jura a Marce que meterá en la cárcel a los culpables de que Perea esté postrado en una cama.
Algunos huéspedes abandonan el hostal molestos porque una plaga de
pulgas ha invadido sus cuartos. Tras descartar que la culpa sea de
Prudencio, Belén descubre que es Lorenzana quien acumula basura en el
armario de su habitación. “Tengo que llamar a sus hijas. Necesita ayuda
médica”, dice a Daniel.
Laurita
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