A pesar de haber encontrado el reloj de su marido en la mesa de Diego,
Valeria se niega a pensar que sea el asesino de Rubén. “Eran hermanos y
se querían. Lo sé”, dice apesadumbrada a su tía, Elena, que insiste en
lo contrario.
Como si el asunto no fuera con él, Augusto inaugura por todo lo alto su
flamante negocio: Autobuses Lloveras. La mayoría de los vecinos de la
Plaza acuden y son testigos de la felicidad del empresario que descorcha
una botella de cava, al lado de su secretaria, Luci.
A la fiesta, invita a todos los vecinos de la Plaza, aunque su único
interés es que acuda Valeria y lo consigue: “Me alegra que te hayas
animado a salir de casa. Sé que no es el momento, pero debo decir que
estás preciosa”.
Poco después, la deslenguada Pilar pone en peligro la estrategia de su
padre al está a punto de comentar a Valeria que es amante de Elena.
Por suerte, la verdad no sale finalmente a la luz y Valeria queda
encantada con Lloveras. "Es un hombre educado y un gran empresario",
comenta a su tía.
Aunque han pasado semanas desde el accidente, Héctor continúa en coma en
el hospital. Son muchos días y los médicos no pueden hacer más. Asun,
desespera.
Sin embargo, la mujer debe retomar su trabajo y atender al pequeños
Jesús. Está agotada ya que, desde que Felisa y Pedrito se fueron, está
sola en Madrid.
Por suerte, Jacinto, su suegro, se convierte en un gran apoyo. El
anciano pasa las tardes cuidando de su nieto, algo que no había hecho en
la vida. Por casualidad, Manolita es testigo de cómo se ‘despide’ del
niño y abre los ojos a Asun: “Está muy enfermo
y quiere recuperar el
tiempo perdido”.
Por otra parte, don Patricio lleva días sin pisar su habitación. “Voy a
esperar un poco más y luego venderé sus pertenencias. Me debe dinero”,
asegura Belén a Manolita. En pocos días, el falso noble aparecerá
contando una gran mentira.
Daniel se presenta feliz con el pasaporte en la mano y apremia a su
mujer, Belén, a emigrar a Colombia. “Antes tengo que vender el hostal”,
insiste ella algo angustiada. De vuelta a El Asturiano, Manolita plantea
a Marcelino y Pelayo quedarse ellos con el traspaso, pero no los
convence.
Además de dar conferencias, Luis Ardanza guarda otro motivo para
pasar más tiempo en Madrid: reencontrarse con el amor de su vida,
Caridad Villalobos. El único recuerdo que guarda de ella es una
deteriorada fotografía. Diego se compromete a ayudarlo.
Tras sorprenderla con una romántica tuna, Román consigue quedar con
Marina a cenar. Todo apunta a que será una velada preciosa, pero surge
un 'pequeño' imprevisto…
La cita queda anulada cuando aparece una mujer que dice ser la esposa
del futbolista. "No me puedo creer. Me ha estado engañando", se lamenta
la vendedora.
Elena va a ver a Augusto para ultimar su maquiavélico plan y lo
encuentra en brazos de Luci. Desde hace años, secretaria y jefe son
amantes.
“Deberías centrarte en conquistar a mi sobrina, te dará más dinero que
una secretaria”, explica Elena muy molesta, pues realmente lo que tiene
son celos.
Lloveras se da cuenta de que tiene razón y, esa tarde, se hace el
encontradizo con Valeria. “El otro día no pude atenderte como mereces.
¿Te tomarías un café conmigo?”, insiste. Aunque se siente halagada, ella
rechaza la propuesta: “Solo en casa encuentro consuelo”.
Los primeros autobuses Lloveras salen de la plaza, aunque no solo con
pasajeros… Dos hombres de confianza de Augusto se encargan de esconder
armas en cada trayecto.
Desoyendo el consejo de los médicos, Asun se acerca al hospital con
Jesús que, sin querer, está a punto de desconectar un cable de la cama
de Héctor. En casa, encuentra consuelo en Bonilla, que se ha convertido
en su mayor apoyo.
Cuando sale del despacho, Bonilla se va a casa de Asun para que ella
pueda descansar. El detective pasa las tardes con Jesús y deja en
evidencia su lado más paternal.
Una tarde, Asun recibe una llamada urgente del asilo: “Sentimos
comunicarle que su suegro, Jacinto Perea, ha fallecido”. Angustiada,
pide ayuda a Bonilla con los trámites.
Por su parte, Diego intenta hacer entender a Valeria que Augusto no es
una persona de fiar. Sin embargo, la viuda está cada día más cerca del
maquiavélico empresario y más lejos de su antiguo amor.
Maite, la hija de Pruden, está cansada de vivir entre cuatro paredes y
se escapa a ver un concierto. Ya de noche, regresa charlando
animadamente con Pilar.
En la puerta, la espera su madre: "¡No vuelvas a desobedecerme! Madrid es
una ciudad peligrosa". Ante la rebeldía de la adolescente, la limpadora
la castiga.
Pelayo y Marce se plantean que quizás sea una buena oportunidad regentar
el hostal, pues El Asturiano ya marcha prácticamente solo y, lo más
importante, a Manolita le hace mucha ilusión.
Finalmente, Manolita se hará con las riendas del hostal. En un
principio, Dorita está asustada con el cambio y le da pena que Belén se
vaya a Colombia.
Diego se enfrenta sin miedo a Augusto. “Empiezo a sospechar que mataste a
mi hermano. Tenías interés en que desapareciera”. Sin embargo, se
encuentra con un fuerte contraataque: “Cuidado conmigo. Yo también he
investigado tu pasado en Cuba y
sé que guardas un gran secreto. Cuando
quieras, lo cuento…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario