Javier Collado Goyanes, actor que da vida cada tarde al gran Héctor Perea en ‘Amar es para siempre‘, actualmente protagoniza la obra de teatro ‘Calígula’. En una entrevista para ‘La opinión de Zamora‘ nos habla de televisión y sobre todo, de teatro.
Usted inicia su trayectoria
artística con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, en la obra ‘La
estrella de Sevilla’, de Lope, con la dirección de Miguel Narros.
Mis comienzos en el teatro fueron con
Narros. No hacía ni de secundario (risas). Movía muebles, hacía de
varios soldados, era casi figuración. Fue una experiencia muy buena.
Aprendí mucho con el director y con el reparto integrado por actores de
la talla de Nuria Gallardo o Helio Pedregal.
Su cara saltó a la pequeña pantalla con la televisiva ‘Sin tetas no hay paraíso’.
Fue mi primer escaparate más grande.
Llegué a esta serie tras hacer secundarios episódicos en numerosas
series como ‘Ciudad Sur’, ‘Antivicio’, ‘Cuéntame’, entre otras. Esta
serie fue mi primer despegue y me sirvió para que directores de casting
me conocieran. Además, fue tremendo porque me mataron en ‘Sin tetas no
hay paraíso’ y al día siguiente me llamaron para hacer las pruebas para
un personaje en ‘Amar en tiempos revueltos’. Empecé a finales de la
tercera etapa, fui el protagonista de la cuarta y en estos momentos
estamos rodando la “novena”, pues hubo siete etapas de ‘Amar en tiempos
revueltos’ en La 1 y la continuación en Antena 3 se llama ‘Amar es para
siempre’ y está en su segunda temporada. Realmente me considero uno de
los actores más afortunados del país, porque desde hace seis años no he
dejado de trabajar.
¿Qué ha supuesto para usted el papel de Héctor que hace en esta serie?
Una gran escuela. Durante año y medio me
estuve formando en ‘Bululú’ con el profesor Antonio Malonda, pero este
papel está siendo una continuación de mi formación. Ya tengo casi 1.500
capítulos a mis espaldas, unas 3.000 secuencias. Lo mejor de hacer una
serie diaria como esta, con un ritmo trepidante, es que a las 08:00
horas debes hacer de borracho, una hora más tarde estás completamente
enamorado o luego tienes un diálogo con una profundidad tremenda. El
cambiar tanto de registro demuestra la valía de los actores que realizan
televisión. En teatro preparas algo durante mes y medio, pero en
televisión tienes que demostrar tu valía a diario.
Durante la grabación de la serie televisiva le proponen el papel de Calígula para obra homónima escrita por Albert Camus.
‘Calígula’ era una de mis obras favoritas
y lo sigue siendo. Este papel es un pilar para cualquier actor porque
tienes la oportunidad de hacer un personaje muy complejo.
La obra dirigida por Joaquín Vida respeta el texto original, pero ¿por qué se caracteriza el emperador al que da vida?
He intentado alejarme, también porque así
lo decidimos el director y yo, de cierto amaneramiento del personaje,
dado que estaba muy manido y hubiera sido caer en el tópico de
interpretar a la loca depravada. He preferido optar por el hombre
hastiado que se hace el loco en determinados momentos, pero que
realmente no lo estaba. Simplemente, fue un hombre al que de repente le
sorprende que no se respete cierta sensibilidad humana y decide llevar
la lógica del sistema hasta sus últimas consecuencias.
Usted ha manifestado que el montaje tiene “trazas inquietantes de paralelismo con el momento actual”.
Sí. Estamos en un momento en el que la
banca, el déficit público y el tesoro público son lo fundamental, algo
que también sucede en la obra de ‘Calígula’. Es como si de repente estás
en un funeral y te dicen que no has pagado la última letra del coche.
Se otorga valor a unas determinadas cosas y se aleja de lo humano de la
sociedad, lo que guarda cierto paralelismo con nuestra realidad actual
en la que se está privatizando la sanidad o se suprimen los recursos
públicos para la escuela. Creo que la versión de Joaquín Vida pone el
dedo en la llaga y actualiza ciertos temas. Hasta ahora no había
trabajado con este director y debo reconocer que él me ha ayudado mucho.
También estoy acompañado de un gran elenco que integran, entre otros,
Alejandra Torray, que es una maravilla tenerla de partener, Pepe Hervás y
Fernando Conde.
Interpretativamente, ¿qué es lo más difícil de este personaje?
Meterse en Calígula (risas). Es muy
complicado respetar la visión de Camus. Tiene mucho que ver con el
existencialismo y con el nihilismo. Es un poco la nada y el todo. Es un
fratricida que va a morir, pero no le importa y quiere llevar el poder
hasta las últimas consecuencias. En la preparación del personaje me he
documentado y se ha descubierto que el personaje histórico que sufría
varias patologías mentales y condensar eso en dos horas es muy
complicado. Este personaje lleva asociado un intenso trabajo. Siempre
que haces un personaje real es apasionante ahondar en todo lo que rodeó a
esa persona en vida.
En su trayectoria, ¿había encarado algún personaje de la intensidad de Calígula?
No, nunca y no creo que, sinceramente,
vuelva a tener un personaje tan grande como Calígula. Es un personaje
también que desgasta. A veces hemos tenido dos funciones y me pasa un
poco como a Fernando Alonso cuando tiene una carrera, pues pierdo varios
kilos de peso. Al público que vaya a vernos le va a sorprender
encontrar un Calígula rubio y con ojos azules, lo que le confiere una
mayor ternura. Se ha jugado con mi físico para que no fuera un personaje
tan terrible. La gente que acuda a ver la obra me verá en una
interpretación de un hombre malo, malísimo.
¿Qué proyectos tiene en cartera?
Ya hemos comenzado los ensayos de ‘La
puta enamorada’, un texto de Chema Cardeña, un autor teatral, director y
actor valenciano. Esta pieza ya se representó en 1997 y fue un
verdadero bombazo en Valencia. Es una obra que mezcla comedia y parece
que es el clásico, pero no lo es. Está ubicado en el siglo de Oro. Los
protagonistas son Diego Velázquez, María Calderón, la puta del rey
Felipe IV. Este le pide a Velázquez que la pinte cuando el artista
mantenía relaciones con la reina. El pintor se cabrea y la plasma de
espaldas, dando origen al cuadro de ‘Venus del espejo’. En esta obra
interpretaré a un rufián, un guardaespaldas que es cómico. Se estrena a
primeros de marzo en Valladolid en el teatro Calderón.
¿Cuándo le volveremos a ver interpretando a un personaje en el cine?
Para cando me llamen (risas). Para cuando un director vaya al teatro y me vea en ‘Calígula’ o bien en ‘La puta enamorada’
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