El misterioso Lachambre
El hombre que evitó la muerte de Augusto a manos de los
argelinos se presenta en su casa: “Mi nombre es Nico Lachambre. Me
envían desde Francia para protegerlo. Puede estar seguro de que nadie lo
molestará”.
La sombra de Augusto
A partir de ese momento, el mafioso se convierte en su sombra.
Nico empieza a trabajar en la línea de autobuses y se encarga de que
todo pase como su jefe lo planeó.
Valeria rechaza la ayuda de Diego
Finalmente, Valeria se niega a coger la ayuda económica de Diego.
Ella sola ha adquirido el antiguo prostíbulo de Le Ciel para poner su
taller de costura.
Las sospechas de Marina
“¡Estoy tan ilusionada! Soñaba con tener mi propio negocio”,
comenta Valeria a Marina, que sospecha que el brillo en los ojos de su
amiga se debe, en gran parte, a que ha encontrado de nuevo el amor.
Una esposa abnegada
El despertar de Héctor ha pasado de ser una gran alegría a una
situación desconcertante. Asun queda aterrada al darse cuenta de que su
marido no la reconoce.
El temor de Bonilla
Mientras que su compañero de despacho,
Bonilla, lo único que teme que Perea hubiese escuchado sus palabras sobre sus sentimientos hacía Asun.
Cara a cara
En pocos días, Luis acusa a Alejandra del robo del maletín. “O mañana está sobre la mesa o iré a la Policía”, amenaza.
Un trabajo convertido en ceniza
Sin embargo, días después el profesor recibe en un sobre con su
investigación hecha cenizas. “Es imposible que ella la quemase, valoraba
mi trabajo más que yo”, llega a la conclusión.
El chantaje de Salomé
La lesión de rodilla de Román podría incapacitarlo de por vida.
Además, el futbolista debe volver al lado de Salomé, si no quiere ser
acusado de adulterio. “Querido mío, o duermes en mi cama o en la
cárcel”, se mofa su esposa.
Un Goya en el hostal
Don Patricio, Dorita y Pruden encuentran un grabado de Goya entre
las pertenencias del inquilino fallecido. “Conozco bien el mundo del
arte y nos haremos ricos”, afirma el aristócrata.
Manolita quiere vender el grabado
Cuando Manolita se entera del hallazgo, su primera opción es
entregarlo a la Policía, pero la convencen de que supondría el fin de
sus problemas económicos.
El plan de Augusto…
Varios pasajeros anulan sus billetes de Autolíneas Lloveras para
comprarlos en la compañía de Diego. “A este se le va a acabar el
jueguecito”, piensa Augusto con rabia.
…hundir a Diego
Una sola llamada a París será suficiente para que exijan a su
enemigo, Diego, el cierre del negocio. “Necesitamos revisar la
documentación, envíela de inmediato”, exigen.
Alejandra encuentra la verdad
En su casa, Alejandra confirma lo que siempre sospechó: Carlos,
su novio, robó y quemó el trabajo del Luis Ardanza, movido por los
celos.
Algo más que trabajo
Aclarado el asunto, Luis y Alejandra se reúnen para retomar su
trabajo en común. El profesor se muestra cercano y cariñoso con la
alumna, que se deja querer.
Filo, molesta presencia
En pocos días, Filo será testigo de la cercanía de Ardanza con Alejadra, situación que se le parece bastante incómoda y molesta.
Gracias, amiga
Asun se desahoga con Manolita sobre su situación. Está haciendo
verdaderos esfuerzos para mantener la calma y prepara la comida favorita
de Héctor, con intención de que recupere la memoria.
Diego se apoya en Filo
Diego es testigo de las atenciones de Augusto con Valeria y, una
vez más, Filo se convierte en su consejera. Al final, siempre hace lo
que la criada indica
Extrañas explicaciones
Román intenta explicar a sus 'vecinos' de hostal cuál es su
complicada situación sentimental: "Sí, Salomé es mi mujer, pero como si
no lo fuera. Si duermo en su habitación es por obligación".
Ilusiones rotas
Luego Román se acerca a ve a la vendedora: “Ya no confío en ti.
Lo siento. Preferiría que salieses de mi vida para siempre. Pero el
deportista no se dará por vencido tan fácilmente.
Las amenazas de Salomé
Al enterarse que su marido ha estado con Marina, decide hacerles
la vida imposible, a él y a su rival. "Espero que nadie comente que
habéis estado juntos. Te recuerdo que estás casado", dice ella.
Un grabado y cuatro ideas
En el hostal, los cuatro implicados en la venta del dibujo de
Goya tienen ideas distintas sobre qué hacer con el dinero. Cada uno
plantea una solución más disparatada.
La decisión final
Al final, Manolita se enfada y toma una drástica decisión: “Apareció en mi ‘casa’, así que repartiremos a partes iguales”.
Un nuevo conflicto
Pruden exige a su hija, Maite, que saque mejores notas: “Me
cuesta mucho pagar la academia y tu esfuerzo debe ser mayor. Pareces más
interesada en salir con tus amigas que en estudiar”. A espaldas de su
madre, consigue que Samuel, el profesor de Ciencias, le dé clases
particulares.
Deseo incontrolable
Diego va a visitar a Valeria, y una vez más se dejan llevar por
la pasión. Sin embargo, el sentimiento de estar traicionando la memoria
de Rubén, lleva a la viuda a pedirle que salga de su vida para siempre.
Dulce hogar
Luego, la joven Prado va a casa de Augusto, donde está Pilar ya
menos enfadada. En el salón reafirma su compromiso con él, idea que la
perturba menos.
El gran susto
Asun entra en pánico, pues no encuentra a Héctor por ninguna
parte. En unos minutos, el enfermo entra por la puerta en pijama y, con
ayuda de Pelayo, le explican que ha puesto su vida en peligro: “No
puedes salir sin compañía”, dicen con delicadeza.
Un desconocido en casa
Pero lo peor está por llegar y apenas un rato después, Héctor
estalla de forma brutal contra su esposa: “¡Deja de controlarme! Es
imposible que os quiera, para mí sois extraños”.
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