Pía propone un pacto a Inés que, supuestamente, beneficiaría a la dos: “Si reniegas de tu condición de hija de Arturo y de su herencia, podrás reabrir el bufete”.
Aunque el precio que la joven tiene que pagar resulta excesivo, es la única manera de hacerse con la defensa de Mauro. Desconoce que Martín está detrás del maquiavélico plan.
Luego, Inés visita Mauro. "Tranquilo, estás en buenas manos. Tanto Alicia como yo sabemos que eres inocente y te serás libre. Tus tíos pagarán por el crimen de tus padres".
Sabino ha localizado a Roberta, pero es demasiado tarde: “Nazario va a venir a buscarme a Madrid”.
Alarmado con la posibilidad de que vuelva con un marido que la maltrata, avisa a Tomás. “Haced las paces. Está en peligro y debéis iros. Yo os pago el viaje”, insiste.
Preocupado, Tomás queda con Roberta en el Ateneo y le pide que olviden el pasado. "Nos merecemos ser felices". La joven se muestra muy cariñosa con él, pero también le asegura que es imposible que sean felices. "Mi pasado pesa demasiado". Finalmente, la pareja decide darse una nueva oportunidad. "Antes tengo que resolver mis problemas con Nazario y, luego, huiremos juntos".
La misma tarde en que Inés reabre su despacho, Martín va a verla. “No te haría falta defender a nadie si pasases una noche conmigo…”, dice con descaro.
Al día siguiente, y tras el rechazo de la chica, el fiscal opta por presionar a Mauro. “Tu novia no quiere colaborar, pero necesito los documentos secretos de Arturo. Serás libre si la convences de que me los dé”.
Además de boicotear la relación de su hermana, Raúl exige la mitad del hostal a Belén. "Me pertenece", insiste.
Pronto, Belén propone a su hermano comprarle un piso y continuar ella sola al frente del negocio. “Lo siento, no me interesa el trato. Prefiero quedarme contigo y que me cuides cuando sea viejecito”, responde el hombre con una sonrisa malévola.
Harto del recién llegado, Daniel se enfrenta a Raúl y tienen una violenta pelea en el portal. "No mereces estar aquí". Pero el hermano de Belén tampoco se queda atrás y no duda en golpear al exsacerdote.
Por fin, Amparo confiesa a Pelayo su verdadera identidad: es una activista de Falange y lleva años en busca y captura. "Es un secreto, te pido que no lo cuentes o tendría problemas", pide la mujer.
Aunque la noticia le ha dejado helado, pues sus ideas políticas son contrarias a las de Amparo, el tabernero no puede evitar estar prendado de ella.
Manolita descubre que Leonor sigue carteándose con Quique y quiere saber dónde se encuentra el adolescente. “Mamá, no te metas en mi vida”, responde ella. Tras otro intento de Pelayo por descubrirlo, será Marcelino quien consiga que su hija se sincere: “Está en un correccional, pero me da igual, estoy muy enamorada”.
Finalmente, Justino deja la casa de su hijo, Héctor. "Os he causado muchos problemas y mi sitio no está aquí", insite el anciano.
Mientras, Fernando, intranquilo por Isabela, exige Alicia que actúe con premura. “Es verdad que lo está pasando muy mal en prisión, pero hay que esperar al juicio”, le informa ella.
Inés y Guillermo tienen cada día más claro que la marquesa de Campomoro debe testificar en el juicio: “Ella compró las joyas y estuvo con Mauro en el momento del asesinato”.
Inquieto por lo que le puede estar pasando a su compañera, Isabela, en prisión, Fernando prepara un asalto a la cárcel para conseguir que se escape. Alicia es ajena.
Quien está en un estado lamentable es Vicente. La presión ha podido con él y pasa el día bebido. Además, su matrimonio hace agua por todas partes.
Es más, harta de la situación, Emilia estalla: "En cuanto acabe el juicio y cobremos la herencia de mi hermano, me separo. No tengo ninguna duda. ¡Te detesto!".
Asun y Héctor reciben un misterioso y amenazante anónimo, e inmediatamente su instinto de detectives los lleva a ponerse a investigar: “Parece una trampa de Ramiro Pardo”.
Al acudir al lugar donde están citados, descubren allí a Bonilla. "¿Qué haces aquí?", pregunta el matrimonio Perea muy sorprendido. Aunque al principio, su amigo se hace el interesante, pronto no puede evitar reirse.
“Bienvenidos a mi nuevo despacho y al vuestro… Si queréis, claro”. Los amigos se dan un fuerte abrazo en presencia de Asun, que está realmente emocionada.
Además, Inocencio les confirma que ya tiene listas sus licencias de detectives. "No hay mucho tiempo. El trabajo se nos acumula en mesa". Perea y Asun están felices de volver a ejercer.
Después de haber intentado que Mauro firme su declaración de culpabilidad, Martín se cita con Pía: “Tenemos que actuar pronto porque estos jóvenes son muy testarudos. Debes cerrar el acuerdo con Uriarte para que se quede con el bufete antes del juicio”. Ajena a este movimiento, Inés se esfuerza por localizar a Carmen, pues se ha enterado de que fue la intermediaria entre la marquesa y Mauro en la venta de las joyas.
Hola chicas, soy Laura, os dejo un breve resumen de lo que ocurrira esta semana....Un beso
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