miércoles, 27 de agosto de 2014

Ana Milán: "Dije sí a Amar es para siempre porque quería trabajar con Pedro Casablanc"



La tercera temporada de Amar es para siempre ya calienta motores, por lo que hablamos con la actriz Ana Milán, uno de los fichajes estrella, para conocer sus impresiones ante el nuevo reto que se le avecina: formar parte del serial más longevo de la televisión en España. Al mismo tiempo nos cuenta cómo es su personaje en la ficción, Juana, y nos da las claves de las nuevas tramas que nos amenizarán la sobremesa durante los próximos meses.

- ¿Puedes presentarnos a tu personaje en Amar es para siempre?Interpreto a Juana, la esposa de Damián (Pedro Casablanc). Es una mujer que a mí me cae muy bien, pero a la que la vida le ha tratado fatal. Su marido no la quiere nada, y eso que ella se casa por amor, aunque poco a poco se ha ido desengañando y se ha ido dando cuenta de que él no la va a querer nunca.

- El matrimonio es dueño de Químicas Blasco, cuya herencia os hará enfrentaros, ¿qué nos puedes contar de eso?
No es tanto el problema de quién va a heredarla, sino que a Damián le parece que mi hija Laura (Sara Rivero), está llena de creatividad y puede convertirse en su mano derecha. Algo que es terrible, puesto que desplaza completamente a Ismael (Ferrán Vilajosana), nuestro otro hijo. Por lo que Juana está enfadadísima.

- También se incorpora a la serie Daniel Freire, ¿cómo será vuestra relación?
Él interpreta a Aquilino, la mano derecha de mi marido y de alguna manera mi apoyo secreto en Químicas Blasco. Es la persona que cuando Juana tiene un problema siempre va a llamarle a él.

- De los temas generales como la venganza, la familia, el amor, etc, ¿cuáles son los que vertebrarán las tramas de Juana?
Realmente el amor y la venganza son los más importantes. Yo me imagino que el dolor que tiene que sentir una mujer que no se siente amada, pese a haber hecho todo lo posible, puede provocar que te conviertas en mala malísima.

- ¿En qué te pareces a tu personaje?
Realmente somos completamente diferentes. Puede que sea el personaje más alejado de mí que he interpretado. Parecernos tan poco me divierte mucho, y no tenemos nada que ver, es más, pienso que nos llevaríamos fatal.

- ¿Qué te llevo a aceptar este proyecto?
Una de las cosas que me llamó mucho la atención es que Pedro Casablanc hubiese dicho que sí. Me apetecía muchísimo trabajar con él, y fue prácticamente el detonante de mi sí. Es un actor a quien admiro, y trabajar con gente a la que admiras es maravilloso.

- ¿Sientes la presión de heredar una serie que funciona a las mil maravillas?
No, la verdad es que me siento más honrada que presionada. La serie va rodada gracias al equipo que la forma, que es maravilloso.

- ¿Qué cambia en la vida de un actor cuando empieza a trabajar en una serie diaria?
Todo. Aceptar una serie diaria significa entregarte a ella en cuerpo y alma, sobretodo en horarios. Cada día tienes que aprenderte, y defender, 25 páginas de guión, mientras que en un prime time son 50 en una semana.

- ¿Y cómo afecta la repercusión mediática de estas series en comparación con otros proyectos de prime time?
Realmente es una cuestión de horarios. La gente que está en casa a mediodía es completamente distinta a la que ve la tele un martes a las diez de la noche. Aquí tenemos un sector de público más reducido, pero que nos sigue con mucha fuerza.

- ¿Eres seguidora de series?
Sí, yo soy muy televisiva, pero por mi horario puedo ver televisión en horas muy concretas, sobre todo a partir del prime time.

- ¿Y cómo analizas la situación actual en la que se encadenan los proyectos de ficción nacionales?
Indudablemente, los grandes éxitos de las cadenas siempre pasan por una serie. Es España la ficción que hace es cada vez de mayor calidad, y yo estoy muy orgullosa por ello, más que nada porque llevo diez años encadenando proyectos que afortunadamente han gustado.
Se ha demostrado que los proyectos que no tienen calidad tampoco tienen sitio, así que cuando una cadena apuesta por una serie de calidad, se ven cosas muy interesantes. No se puede continuar con esa forma de trabajar en la que se intentan hacer cosas low cost, hay que invertir en talento.

- ¿Te preocupa la competencia de la franja de tarde?
Ni me la planteo, si lo hiciese me volvería loca. Creo que hay espacio para todos, como se ha demostrado estos meses hemos venido compitiendo con Ciega a citas, en la que Elena Irureta y Teresa Hurtado de Ory están estupendas.
Creo que ha llegado el momento en el que las cadenas dejen de atacarse las unas a las otras con estrenos, y se repartan el pastel, que al fin y al cabo comen muchas familias de esto.

- ¿Qué te falta por hacer en televisión?
Yo lo que quiero es tener algún día 65 años, salir a un escenario y que alguien de 20 que está empezando piense: "jo, que guay, he visto a Ana Milán encima de un escenario". Eso es todo lo que quiero, no quiero ni premios ni saltar al cine, algo que a muchos actores les frustra mucho. Quiero seguir con mi carrera como va, estable y sin sobresaltos. Me aterraría si algún día leyese una portada que dijera: "Ana Milán, la actriz de moda", porque las modas pasan y yo lo que quiero es seguir siempre trabajando.

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